Una de las quejas clásicas que más se formulan en consulta cuando hacemos terapia de pareja es la de ella con respecto a él: “Me gustaría sentirme escuchada. Cuando le cuento a mi pareja un problema, en lugar de abrazarme o decirme que sabe cómo me siento, rápidamente se pone a decirme lo que tengo o tendría que haber hecho. ¿Es que se cree que soy idiota?”
No sé si te habrás identificado con la situación expuesta anteriormente, pero lo cierto es que esta respuesta de él no necesariamente tiene que estar motivada por falta de interés o empatía, o falta de confianza en tus capacidades.
TODO ES CUESTIÓN DE FISIOLOGÍA
En este artículo voy a referirme a una de las diferencias neurobiológicas entre hombres y mujeres que pueden arrojar un poco de luz sobre este tema. A menudo el desconocimiento de cuáles son los instintos biológicos y sociales que impulsan al otro sexo, origina falta de comprensión y es fuente de conflicto o de mantenimiento del mismo.
Hasta no hace mucho, se creía que las diferencias en el modo de sentir y expresar las emociones en hombres y mujeres se debían solo a la educación. Y es verdad que el modo en que nos educan nuestros padres puede inhibir o reforzar determinadas partes de nuestra biología básica. Pero actualmente sabemos que el procedimiento emocional de los cerebros masculinos y femeninos difiere.
Aunque la arquitectura cerebral no está grabada en piedra cuando nacemos ni cuando finaliza nuestra infancia, sino que sigue cambiando durante toda la vida, lo cierto es que los cerebros femeninos y masculinos ven, oyen, intuyen y evalúan lo que sienten los demás de manera muy distinta.
Los cerebros de hombres y mujeres tienen dos sistemas emocionales que funcionan simultáneamente: el sistema neuronal especular (responsable de la empatía emocional) y el sistema de la unión témporo-parietal (responsable de la empatía cognitiva). Al parecer las mujeres tienden a utilizar mas el primero y los hombres el segundo. Tanto en hombres como en mujeres la visión de una emoción en la cara de otra persona activa el sistema de la empatía emocional. La diferencia está en que el cerebro femenino permanece mas tiempo en en este sistema y el masculino pasa rápidamente al sistema de la empatía cognitiva.
Así, por ejemplo, cuando los hombres se enfrentan a la aflicción de un ser querido, se activa de inmediato su zona cerebral para la resolución de problemas para arreglar la situación. De ahí que aunque, quizás en esa situación, prefieras un abrazo o unas palabras de apoyo, él insista en dar pautas. Interpretar que por ello no le interesas, que no tiene empatía contigo o que piensa que eres incapaz de resolver el problema es ir más allá y, probablemente, dificultará más aun vuestra comunicación. Saber pedir qué es lo que realmente necesitamos en ese momento, sin reproches ni desaíres, será mucho más eficaz.
Espero que lo expuesto pueda ayudarte a comprender un poco más y a optar por posturas más eficaces en beneficio de la deseada armonía en la pareja. Y si necesitas ayuda profesional, cuenta con ella; no lo dudes.
